
La Orden de los Caballeros Templarios fue una orden medieval de carácter religioso y militar, fundada en 1119 por dos caballeros franceses: Hugues de Payns y Geoffrey de Saint-Omer, con el objetivo principal de proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa tras la Primera Cruzada.
Características y Evolución
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Nombre Oficial: Su nombre completo era "Orden de los Pobres Caballeros de Cristo", pero popularmente se les conocía como Caballeros Templarios o Caballeros del Templo de Salomón, ya que su primera sede estaba en un palacio cercano al antiguo Templo de Salomón en Jerusalén.
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Fundación y Aprobación Papal: La orden fue fundada con fines militares y recibió la aprobación del Papa en 1128. Durante las Cruzadas, los Templarios participaron activamente en la defensa de Palestina, donde poseían numerosas fortalezas estratégicas.
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Vestimenta: Los miembros de la Orden vestían un manto blanco con una cruz roja, símbolo distintivo que los identificaba en combate y en su labor religiosa.
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Relación con la Iglesia: Los Templarios estaban bajo las órdenes directas de la Iglesia. El Papa y san Bernardo de Claraval desempeñaron un papel crucial en su consolidación, entrenándolos tanto en las armas como en la religión.
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Crecimiento y Riquezas: Con el respaldo papal, la Orden comenzó a acumular grandes riquezas, lo que los convirtió en objeto de envidia entre los monarcas europeos. Sus propiedades se extendieron por Europa Central, Dinamarca, Inglaterra, Irlanda, Chipre, Portugal y España.
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Caída de los Templarios: En 1307, Felipe IV "el Hermoso", rey de Francia, con el consentimiento del Papa Clemente V, acusó a los Templarios de herejía. La mayoría de los caballeros en Francia fueron arrestados, sometidos a tortura y muchos fueron quemados en la hoguera.
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Disolución: Tras el arresto y ejecución del Gran Maestro Jacques de Molay en 1314, la Orden fue oficialmente disuelta. Sin embargo, se dice que algunos Templarios escaparon y la orden sobrevivió en secreto.
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Legado: Hay quienes afirman que una rama de la Orden sigue existiendo hoy en día, manteniendo la misma misión que en la Edad Media: proteger el Santo Grial.